Quiero agradecer públicamente a todas las personas que a fuerza de sus expresiones y manifestaciones de inconformidad por el pago de la Cinta Costera, hoy vemos que gracias a estos esfuerzos, por fin no tendremos que pagar por la misma.
Una mañana desperté y con gran alegría me enteré que los panameños no tendremos que pagar por la Cinta Costera porque ha sido pagada con los impuestos del pueblo panameño. Es que así debió anunciarse desde el principio. ¿Cuántas personas vendieron sus propiedades cercanas a la Cinta Costera por temor al nuevo valor del impuesto que obviamente no estaba dentro de sus posibilidades? ¿Cuántos compradores inescrupulosos se aprovecharon de esta situación pagando sumas irrisorias a los propietarios? ¿Cuántos ancianos que querían vivir sus últimos años en esa zona de influencia beneficiada por la cinta costera, una zona con todas las facilidades donde con sólo salir a caminar encuentras de todo y ahora se han mudado a lugares tan lejanos que hasta para ir a un parque necesitas un carro o alguien los lleve?
Aplaudo la decisión de no cobrarle a la población y nos toca a nosotros poner de nuestra parte, cuidando esta obra, conservándola siempre limpia, cooperando con los turistas durante su visita a nuestra ciudad y aprovechar al máximo todas sus facilidades. Está de más decir que se cuiden al cruzar dicha vía porque si antes era difícil cruzar dos o tres carriles en la misma dirección, ¿Cómo será ahora con cinco carriles?
La Cinta Costera en la Avenida Balboa fue y sigue siendo un tema controversial, no cabe duda que ha mejorado el tráfico vehicular, pero no el peatonal, es una odisea cruzar hacia ella para disfrutar de la brisa del mar y apreciar las olas en su ir y venir. Sin lugar a dudas, se vé hermosa iluminada de noche. Cuidémosla manteniendo el área limpia, cultivando el buen trato a las personas, especialmente a los turistas y aprendiendo a valorar lo que tenemos.